Con muchas bajas pero con ilusión viaja este viernes el plantel del Club Deportivo El Ejido a Almendralejo (Badajoz), donde esta noche pernoctará ante la cita frente al Extremadura UD que se disputa este sábado a partir de las 18,30 horas sobre el histórico escenario del ‘Francisco de la Hera’. Muchos kilómetros por delante que no recorrerán jugadores importantes, como Javilillo que finalmente sólo fue castigado con un partido tras la expulsión que sufrió ante los onubenses, o Emilio Cubo que por acumulación de amonestaciones se quedan en casa, además de estar lesionado tras sufrir la fractura de su tabique nasal el pasado domingo. El tercer jugador que por sanción no jugará será el granadino Samu Corral, que a final de mes estará disponible pero que le restan aún dos partidos de sanción. En Melilla cumplirá su último encuentro, mientras que por lesión Ocaña le toca vivir otra situación amarga porque su rotura de fibras en el cuádriceps le va a dejar sin opciones de reaparecer en un mes.
La quinta baja que será confirmada por Alberto González este mediodía en la rueda de prensa será la de Rodri, debido a las molestias muculares que sufre en su glúteo. Este jueves quiso entrenar, pero su situación física le ocasiona muchas molestias. Es decir de 19 jugadores que forman el primer equipo, cinco se quedan en El Ejido y por tanto además de citar a Fermín, tres jugadores más del filial, el Berja CF tendrán que viajar a tierras extremeñas para completar la expedición de 18 efectivos. A pesar de las ausencias, los celestes viajan con moral porque la trayectoria debe cambiar para poder posicionarse de forma más tranquila en la clasificación.
Quedan diez jornadas, seis a domicilio y en ocho días los celestes se juegan mucho en tierras extremeñas y en Melilla. Con 34 puntos sumados, se está muy cerca de la permanencia pero a la vez se puede complicar la situación si no reacciona el equipo a corto plazo. Más que una final, es un encuentro de máximo riesgo para los dos conjuntos y ahora mismo los celestes se ven obligados a volver a ganar y acabar con la mala racha que les persigue.